Los
padres y madres en todas partes están perdiendo los estribos y gritándole a sus
hijos durante la crisis del coronavirus. Lea estos consejos sobre cómo mantener
la calma en momentos de estrés.
Gia Miller
Todos
sabemos que no debemos gritarles a nuestros hijos. Pero, en estos momentos los
padres están muy estresados y la frustración y el enojo son inevitables.
Abrumados con todo lo que se les ha pedido que hagan, terminan perdiendo los
estribos con los niños que tampoco están mostrando su mejor comportamiento.
Pero cuando las circunstancias no son normales, la crianza no será normal.
Inmediatamente
después de que se cerraron muchas escuelas y lugares de trabajo, hubo cierta
presión y empuje para que los padres vieran la crisis del coronavirus como una
oportunidad, para que no perdieran este tiempo extra con sus hijos, dice
Stephanie Lee, PsyD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. “Se estaba
estimulando a los padres a organizar los armarios de sus hijos, trabajar en sus
habilidades matemáticas, etc., pero de manera realista, eso es totalmente
absurdo. Es más importante superar esto y manejarse lo mejor que pueda en una
situación menos que ideal”.
Es
hora de bajar nuestras expectativas. Usted no puede hacer todo lo que
normalmente hace como padre, empleado o socio. En vez de eso, los expertos
recomiendan centrarse en su estado emocional y el de sus hijos y esforzarse por
mantener una dinámica familiar positiva.
“Si
no hace nada académicamente y solo se enfoca en su relación con sus hijos,
entonces será un tiempo bien aprovechado”, explica Rebecca Schrag Hershberg,
PhD, psicóloga clínica y asesora de padres. “Los niños no pueden aprender si no
se sienten seguros y amados. Si hay presión en las conexiones del hogar y hay
un ambiente tenso y miserable, el cerebro de su hijo no asimilará lo que está
aprendiendo porque está estresado y enojado. Su relación es la precursora para
que todo lo demás encaje bien en su lugar”.
En
este momento hay tantas dificultades de crianza que mantener la calma no es
fácil. Le mostramos formas de manejar algunos de los problemas más desafiantes.
Está
gritando mucho
Mis
hijos estuvieron peleando todo el día. Alrededor de las 3:00 p.m. se estaban
gritando de nuevo, eso fue la gota que derramó el vaso y perdí la paciencia.
Con las palmas de mis manos apretadas contra mis oídos y lágrimas de enojo
¡comencé a gritarles!
“Seamos
honestos”, dice la Dra. Lee. “No es como si los padres no les hubieran gritado
a sus hijos antes. Pero dado que las cosas son más estresantes en este momento,
los padres deben estar más conscientes de sus tres grandes retos:
dieta/nutrición, nivel de actividad y sueño. Esas tres categorías afectan nuestro
estado de ánimo, así como nuestra capacidad para resolver problemas, mantener
la calma, concentrarnos y tener enfoque. Si alguna de esas cosas no está en su
lugar, que es probable en este momento, podrían impactar su capacidad de ser
usted mismo”.
Cuando
usted pierde la calma, Michelle Kaplan, LCSW, trabajadora social clínica del
Child Mind Institute, aconseja que espere para disculparse hasta que todos se
hayan calmado. Sea honesto con sus hijos y dígales si está cansado, hambriento,
si tiene dificultades o está abrumado. Pida disculpas por usar lenguaje
inapropiado y hágales saber que trabajará duro para mejorar. Incluso puede
incluir a sus hijos en la resolución de problemas sobre lo que se podría hacer
mejor la próxima vez.
Todos
necesitan su ayuda al mismo tiempo
Siento
que soy maestra, directora, directora de cruceros, lavandera, conserje, chef y
sirvienta, todo al mismo tiempo.
Lo
que se les pide a los padres que hagan es imposible, por lo que deben
priorizar. Lo más importante es asegurarse de que todos estén a salvo y que se
satisfagan sus necesidades básicas. Después, determine lo que usted y sus hijos
pueden lograr a diario de manera realista, y luego trate de estructurar los
días de todos para que no se sienta abrumado. Esto puede significar que cada
niño come y/o hace su trabajo escolar en diferentes momentos.
“Muchas
escuelas están dando tareas que no son realistas, simplemente no va a lograr
que lo completen, y eso está bien”, dice Kaplan. “Los maestros entienden. Cada
familia tiene que determinar qué es realmente posible hoy. Si es solo una de
las cinco cosas en la lista, entonces está bien. Habrá muchas pruebas y errores
a medida que aprenda lo que sus hijos necesitan y cuánto puede ayudarlos”.
Usted
está haciendo berrinches
Me
encontré en medio de una guerra de actitudes con mi pequeño hijo de cuatro
años. Incluso yo le estaba sacando la lengua, y no de una manera linda y
alegre. Él hizo lo mismo y continuamos por más tiempo de lo que me gustaría
admitir.
Yo
estaba tratando de castigar a mi hijo, pero él no me daba su computadora. Así
que entré en su habitación, tomé una pila de libros de su estante y los tiré,
creando una gran conmoción. Él subió saltando las escaleras, sorprendido por el
ruido. Estaba aturdido. ¡Utilicé ese momento para bajar corriendo las escaleras
y agarrar su computadora!
Compartir
sus percances e incluso encontrar el humor en ellos es importante,
especialmente en este momento. Pero sabemos que es nuestro trabajo modelar un
comportamiento apropiado. Una vez que comienza a hacer un berrinche, es difícil
controlarlo, así que planifique con anticipación. Por ejemplo, cuando se sienta
molesto, tómese un tiempo de tranquilidad para usted mismo, incluso si solo son
cinco minutos en el baño.
Cuando
pueda, también es útil ser proactivo para recargar energías. Programar cortos
periodos de tiempo para hacer cosas que le gustan puede ser una forma de evitar
su propia frustración antes de que comience. Pruebe reservar 15 minutos para
leer, hacer ejercicio, un proyecto creativo o cualquier otra cosa que lo ayude
a sentirse enfocado. Recordar que ese momento está ahí para usted puede ser una
fuente de calma en momentos especialmente desafiantes.
Y
algunas veces necesita pedir ayuda.
“La
vida no se trata de cómo maneja el Plan A, sino de cómo maneja el Plan B”,
señala la Dra. Lee. “En este momento, estamos en el Plan B, y estamos casi en
el Plan C. Necesitamos asegurarnos de que estamos modelando el comportamiento
que queremos que vuelva. Pero también debemos modelar la búsqueda de ayuda
cuando la necesitemos. La ausencia de actividades agradables hace que sea
difícil ser uno mismo cuando ocurren eventos o situaciones estresantes. Piense
a quién recurre regularmente. ¿Puede llamar a su familia extendida o programar
una hora de cócteles y buena conversación en Zoom/WhatsApp/Messenger con
amigos?
Sus
hijos no pueden dormir y quieren ir a su cama
Una
vez que llevo a mis hijos a su cama, he terminado por el día. No me queda más
paciencia y a menudo les grito cuando no pueden dormir.
Las
regresiones del sueño son normales en tiempos de incertidumbre o de cambios en
la rutina. Incluso con rituales regulares a la hora de acostarse y una buena
higiene del sueño, los niños de todas las edades pueden tener dificultades para
conciliar el sueño; ahora necesitan a sus padres más de lo habitual.
“Si
lo vemos desde su perspectiva, nosotros somos su lugar seguro”, dice el Dr.
Hershberg. “Somos la persona de quien buscan tranquilidad y seguridad, y puede
que aún nos necesiten después de que el reloj marque las nueve. Sus hijos
quieren conexiones adicionales con usted y hay muchas razones para cambiar los
hábitos y dejarlos dormir con usted si le parece bien. Si no, piense en cómo
puede darles lo que necesitan. Quizás son abrazos y cariños extras justo antes
de acostarse o darles algo especial para dormir. O tal vez sea prometerles que
va a chequearlos cada 15 minutos siempre y cuando estén callados”.
Para
los niños que están ansiosos, use este tiempo para enseñarles cuándo
preocuparse, lo cual nunca es justo antes de acostarse. Déles tiempo para
discutir sus preocupaciones cada mañana o tarde. Antes de acostarse, inicie
conversaciones positivas sobre grandes recuerdos, cosas que les gustan o lo que
planean hacer mañana.
Sus
hijos no son tecnológicamente diestros
“Siento
que me he convertido en el patán del departamento de tecnología de mi oficina
que siempre hacía que todos se sintieran horrible por perder el tiempo con sus
peticiones absurdas”.
Los
niños están teniendo dificultades para iniciar la sesión, usar el mouse
correctamente, manejar las distintas aplicaciones o incluso enviar un correo
electrónico. Permanecer en su espacio Zen hasta que lo consigan es difícil.
Considere la posición en la que está su hijo.
“Si
sus hijos no saben cómo usar la computadora, es el equivalente a que se les
pida que aprendan de repente todo en japonés sin saber hablar el idioma”,
explica el Dr. Hershberg. “Y el profesor es impaciente porque no entienden su
idioma materno. Podemos tener compasión por ambos. Es la misma idea para usted
y para su hijo: ¿puede fomentar un espíritu de compasión y autocompasión?”.
Para
aliviar su frustración, dedique un tiempo para que juntos revisen la tecnología
y para enseñarle a sus hijos las habilidades y los programas que necesitan.
Kaplan recomienda que también trabajen acerca de los peores escenarios que
podrían enfrentar. Cree una lista de problemas informáticos comunes y pregunte
a su hijo qué cree que pueda salir mal. Hagan un plan de lo que pueden hacer si
ocurre el problema, luego anótelo. Piense en ello como la construcción de la
independencia.
Reduzca
el estrés celebrando los éxitos, aunque sean pequeños
No
importa cómo alguien trate de darle un giro a las cosas, este es un momento
difícil. Incluso los padres que publican tablas codificadas por colores y
proyectos de manualidades complicados en las redes sociales están teniendo
dificultades. Recuérdese a usted mismo que es un buen padre o una buena madre,
que está haciendo lo mejor que puede dentro de una situación muy difícil al
celebrar las pequeñas victorias cada día.
“Haga
una lista diaria de lo que hizo bien”, aconseja la Dra. Lee. “¿Todos nos
vestimos o nos vestimos a medias? ¿Todos se bañaron hoy? ¿Terminamos la mitad
de nuestro trabajo y luego salimos a caminar en familia? Esas son todas las
victorias.
Fuente: https://childmind.org/
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