"Llamar a nuestros familiares o amigos personas mayores cada uno o dos días para conversar. Si tiene un vecino mayor, conseguir su número de teléfono para hablar y preguntarle si está bien y si tiene algún familiar o amigo que lo esté ayudando. Si nunca antes habló con ese vecino, es un buen momento para hacerlo, porque puede que necesite nuestra ayuda o simplemente hablar. No tenga miedo en presentarse".
"Debido al aislamiento social que estamos viviendo, los espacios laborales y familiares se fusionan, sobreponiéndose también los tiempos que dedicamos a uno y otro. Con esto, el tiempo se transforma en algo muy importante. Un mayor control del tiempo puede ser un mecanismo que nos estructure y nos dé mayor seguridad: un correcto descanso (6 a 8 horas); tiempo para pausas saludables (música, películas, juegos, libros, etcétera); tiempo doméstico; tiempo de estudio, y teletrabajo cuando sea posible".
"En todos los hogares siempre hay mucho que hacer, y muchas veces esto puede terminar en conflictos. Podemos adelantarnos y prevenir un mal momento. Para esto puede servir: conversar para hacer un acuerdo familiar en el que se distribuyan claramente las tareas de la casa, y los tiempos (días, horarios) en que se realizarán. Las personas necesitamos tener momentos en compañía y momentos de soledad. Para lograrlo, se pueden acordar rutinas que incorporen momentos en que todos puedan estar juntos (por ejemplo, en las horas de comida), y también encontrar espacios, todos los días, donde cada persona pueda estar solo/a".
Si el buylling es complejo en un escenario normal, ahora lo es más. El confinamiento con altas dosis de estrés o aburrimiento, puede llevar a que niños o adolescentes hagan un mal uso de redes sociales. A su vez, las condiciones de salud mental pueden verse agravadas por ese acoso.
En Chile, cuatro de cada 10 escolares han sido víctimas de acoso. Cifras 2017, que se desprenden de los cuestionarios de los estudiantes que respondieron el Simce y recopiladas por la Agencia de Calidad de la Educación, indican que afectó al 42% de los niños de 4° Básico, al 45% de los alumnos de 8° Básico y al 39% de los jóvenes de 2° Medio.
El ciberacoso ha existido durante mucho tiempo. Pero este año vivimos una situación sin precedentes: pandemia y confinamiento. Los niños están estresados y aburridos, la oportunidad del ciberacoso está aún más presente, advierten especialistas.
El fenómeno del acoso en el colegio comienza generalmente en las relaciones cara a cara. Y se suele prolongar al ámbito on line. Se da además, dice Marisa Toledo, académica Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, dentro de un grupo que mantiene contacto permanente, “por eso ocurre en la sala de clases, es parte de las interacciones de niños que mantienen cotidianidad”.
Se trata de una dinámica de abuso incluye un niño o niña que tiene más poder y actúa sobre el que tiene menos poder. Todo en un sistema de interacciones, explica Toledo. “Hay intimidadores que intimidan, pero también hay otros intimidadores que apoyan esa agresión. Y hay víctimas, y junto a ellos defensores de las víctimas, que son víctimas, pero menos dañadas”.
Y si no están en la sala de clases presenciales, lo que antes se hacía cara a cara o por papel, se hace por correo, por WhatsApp o por el chat de Zoom. El ciberbullying a mayor uso de redes sociales aumenta. Lo que ha ocurrido en cuarentena.
La situación actual, con alta dosis de estrés o aburrimiento, puede llevar a que los niños o adolescentes hagan un mal uso de las redes sociales, indica Espinoza, por ejemplo, exponiéndose más, ya sea mostrándose mucho o todo lo que hacen, o involucrándose con personas que no conocen, lo que aumenta el riesgo de sufrir algún tipo de acoso a través de las redes.
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